Talento Migratorio

Extranjeros en Barcelona
Al mal tiempo, buena cara. No hablemos de fuga de cerebros, hablemos de intercambio de talentos. Mientras unos se van, otros llegan. Nuevos embajadores de la cultura y el arte, procedentes de países lejanos, aterrizan en Barcelona. Su ingenio alimenta el nuestro.
La capacidad de seducción de Barcelona es alta. A pesar de ser la segunda ciudad más poblada de España, su localización, delimitada por dos barreras naturales - el mar Mediterráneo al este y la Sierra de Collserola al oeste -, le confiere un ritmo de vida muy distinto al de otras grandes urbes.


Detrás de su carácter, aparentemente europeo, late un corazón genuinamente mediterráneo. La Ciudad Condal es una capital moderna, abierta y asequible, en la que luce el sol cerca de 300 días al año. Si a su amable climatología y a su condición topográfica privilegiada, le sumamos la afamada dieta mediterránea, no es extraño que muchos de esos talentos migratorios decidan anidar en Barcelona, aunque sea por un tiempo. El suficiente para imprimir su huella en el mapa vital de la metrópoli.


Nuestros ocho ingeniosos forasteros coinciden en que la lista de tópicos -mar, montaña, clima, gastronomía- son los mejores ases que la ciudad esconde en su manga. Al preguntarles por la vida ociosa, vuelven a sincronizar: Barcelona ha recortado libertades sociales y propuestas culturales. Aunque lo entienden perfectamente, pocos practican el catalán, por no haberse visto obligados. En cuestiones espinosas, como la de la independencia, prefieren no participar en el debate y dejar que sean los catalanes quienes decidan, en democracia, su futuro.

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Un reportaje de Nona Rubio con fotos de Mario Krmpotic
Publicado en la revista enBarcelona Magazine
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