Confesión

Sueño. Tú y yo. Otra vez. Puntuales a una promesa. «Cuando seamos viejos volveremos a estar juntos«. Pero no somos viejos. Sé que estoy dormida. No importa. Quiero quedarme un rato más, suspendida en este instante que no existe. Despierto. De cara a mi misma. Ante una certeza inconfesable. Todavía te espero. Sé que no vendrás. Sé que ya no estás. Salgo de casa con la tristeza pegada a la piel. Fuera, la vida insomne.

No admite comentarios.